domingo, 8 de febrero de 2015

Nuevo Raspberry Pi 2 y mi experiencia con los miniordenadores

Breve historia del RPi

El primer modelo B, el cual recibí después de varios meses de espera, llegó en 2012 con 256 MB de RAM. Poco después ampliaron su memoria hasta 512MB, y las placas sufrieron algún cambio en su layout con la llegada de los modelos + en 2014. Este último cambio solo afecta a aquellos usuarios que lo usan como placa de prototipado.


Mi experiencia con el primer RPi

Mi primer Raspberry Pi se convirtió en mi servidor principal. Sus tareas eran descarga mediante rtorrent (adaptando su archivo de configuración para que funcione bien con su escasa RAM y potencia) y servidor de archivos mediante NFS y SAMBA. Su funcionamiento era perfecto, aunque hay que tener que las transferencias de archivos por USB eran tremendamente lentas. Todo ello gestionado por consola desde ssh (sin entorno gráfico "escritorio linux").

Tengo distribuidos por otros sitios un par de Raspberries más como backup de tunnel ssh. Funcionan perfectos tanto con Raspbian (Debian para RPi) como con FreeBSD (alternativa a Linx, el Unix de la Universidad de Berkley).

La evolución de los pequeños ordenadores
Estos dispositivos han surgido gracias a la electrónica desarrollada para teléfonos móviles, que han conseguido en muy poco tiempo integrar mucha potencia, reducir mucho el consumo y alcanzar una muy buena escala de costes. Por tanto, los fabricantes de miniordenadores que inmediatamente surgieron como competencia del RPI, también en enseguida han ido actualizando modelos y potencia. 

En concreto, sustituí el RPi que utilizaba como servidor por un Odroid U3, con microprocesador de cuatro núcleos y 2 GB de RAM. La ventajas eran claras en cuanto a velocidad de transferencia de archivos y capacidad de gestión en rTorrent. Es posible usar el escritorio gráfico, pero lo poco que lo utilicé no me causó muy buena impresión.

En esta evolución, ya hay productos en el mercado que ofrecen ocho núcleos, USB 3.0 y ehternet de 1Gb.

El nuevo RPi 2

A pesar de que las declaraciones de la fundación de que no habría una actualización de la placa en el corto plazo, el 2 de febrero recibimos por sorpresa el anuncio de que se ponía a la venta de forma inmediata el Raspberry Pi 2. Manteniendo la compatibilidad con los modelos anteriores, básicamente dobla la RAM hasta 1GB, se actualizaba el microprocesador por uno de cuatro núcleos y un rendimiento estimado de seis veces el original, y añade dos puertos USB adicionales hasta los bien necesarios cuatro puertos actuales.

Se nota más ágil en su uso con OSMC (evolución de Raspbmc, uso exclusivo como reproductor multimedia): los plugins se instalan más rápido, la biblioteca se escanea antes y alguna archivo muy pesado que antes se entrecortaba ahora se lo reproduce sin problemas. De todas maneras, en este caso diría que la actulización del Raspberry Pi no está justificada. 

Donde realmente se nota la diferencia es usando el escritorio gráfico de Raspbian (Debian específico para Raspberry Pi). Corre perfectamente, se puede instalar directamente de los respositorios lo necesario para tener un sistema de escritorio perfectamente normal y operativo: Libreoffice, Iceweasel ("Firefox libre" de Debian), usar html5 y Gnash (Flash libre), Minecraft para RPi que en este modelo corre fenomenal. 

He quedado tanto contento de la experiencia como escritorio, que querría hacer el experimento de pasar una jornada laboral completamente utilizando solamente este dispositivo como ordenador, con unas expectativas bastante reales de no tener ningún inconveniente.