domingo, 21 de noviembre de 2010

Surface Detail, por Iain M. Banks (2010)

La última novela de la serie de La Cultura de Iain M. Banks, mi escritor favorito. Como siempre, una fantasía desbordante.

Esta vez el argumento es más simple que en otras ocasiones: la historia central es la venganza de una joven esclava asesinada por su amo, que es revivida en otro cuerpo gracias al implante cerebral que guarda su personalidad y recuerdos. Esta aventura ocurre en mitad de la guerra de los infiernos, en la que las facciones opuestas luchan por la permanencia o la destrucción de esos infiernos digitales donde algunas culturas introducen las personalidades de sus fallecidos para que sufran por los pecados cometidos en vida.

En esta novela, desde una perspectiva claramente atea, el autor explora con profundidad las cuestiones que ya ha presentado en su obra relativas a la supervivencia a la muerte gracias a la tecnología, como guardar la información completa que conforma una persona, y poder revivirla en otro cuerpo o en una simulación virtual. Muy interesante la entrevista al respecto en Wired.

Es una pena que este autor no sea más prolífico, porque el placer de leer la novela se me enturbia con la tristeza de saber que la acabaré rápido y tendré que esperar un par de años para que previsiblemente publique la siguiente.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

III Open español de Blokart en Feria Zaragoza

Este fin de semana se ha celebrado en la Feria de Zaragoza el III open nacional de Blokart. Desde Zona Cierzo hemos echado una mano con alguna cuestión logística.

Más allá de la crónica del finde, estoy impresionado por lo que nos contaron los practicantes de este deporte durante la cena: la vehemencia con la que lo defiende Santi Oliver, el campeon mundial de Blokart, o la ilusión de Gabi, un invalido que lleva tres meses rodando sin ninga desventaja en la misma categoría que los válidos.

Para empezar, se trata de un deporte muy seguro, enfocado a garantizar la seguridad de los practicantes. En caso de vuelco, el piloto queda sujeto por el cinturón sin posibilidad de tocar el suelo. Además nos contaban haber visto en los campeonatos terribles choques a alta velocidad en los que los pilotos han salido ilesos. También es una actividad "muy compacta", tanto por el espacio necesario para practicarlo (menos de 200x100 m), como por el paquete en que se desmonta el carro.

La competición está limitada al vehículo tal como sale de la bolsa, sin poderse introducir mejoras que creen diferencias entre pilotos que puedan invertir más o menos dinero. Esto tiene dos consecuencias: no es necesario llevar el Blokart propio a las competición, sino que basta con usar uno alquilado o prestado. y la segunda y más importante: las diferencias en la competición solo están en la pericia de los pilotos.

Enseguida hay que hablar de igualdad: las categorías se distinguen únicamente por el peso del piloto. En la misma manga compiten hombres, mujeres, niños, válidos e inválidos.

El acceso por parte de los minusválidos viene de que el carro se controla únicamente con un manillar y un cabo. Basta con tener suficiente movilidad (no fuerza) en los brazos para poder pilotar. Incluso se pueden hacer adaptaciones para minusvalías más severas en las que tienen problemas con la función prensil de las manos. Y a pesar de que a los que venimos del kite-buggy nos puede parecer caro, para los minusválidos es mucho más barato que cualquier tipo de silla especial para la práctica deportiva.

Bueno, y lo que nos pareció la bomba fueron los dos Whikes: bicicletas reclinadas, con apoyo eléctrico (añadido por los propietarios), y vela recortada para caber por cualquier sitio: Mad Max rebooted!